En el nuevo paradigma digital y globalizante en el que nos movemos, seguir pensando una educación en términos de una estructura superpuesta choca con los nuevos dispositivos de información y formas de consumo. En otras palabras, estamos mudando de la educación live a la educación on demand.
Pedro Nicolás Aldana Afanador, 28 enero, 2020
Luego de tantos años de intentar minuciosamente estructurar una propuesta educativa que pudiera ocupar todos los campos, acciones y momentos de la vida humana, nos hemos dado cuenta que necesitamos una escuela flexible y que se adapte a las necesidades de sus estudiantes, una escuela desestructurada, que permita al educando ser el protagonista de la búsqueda del saber. Pero no es una típica ley de extremos, sino que en el nuevo paradigma digital y globalizante en el que nos movemos, seguir pensando una educación en términos de una estructura superpuesta choca con los nuevos dispositivos de información y formas de consumo. En otras palabras, estamos mudando de la educación live a la educación on demand.
Este texto no pretende ser una crítica o un ataque a la propuesta educativa con la que se ha trabajado durante las últimas décadas, sino un análisis desde la experiencia y la reflexión de las tendencias de la educación y la comunicación, que bajo la lógica de la sociedad del conocimiento donde se encarna la economía de la misma y aplicando los nuevos conceptos como el de la economía de la atención, modifican la propuesta educativa formulando una más abierta, flexible y plural.
Imaginémonos poder tomar clases con profesores de diferentes universidades del mundo, o un currículo flexible que nos permita matricular los cursos de nuestra preferencia, estudiar a nuestro ritmo sin importar tiempos sino avanzar en el momento que deseemos, o que cada semana pudiéramos cuadrar nuestros horarios de clases de acuerdo a nuestras actividades. Como si se tratara de una plataforma de entretenimiento donde cada usuario decide qué ver y cuando verlo, así hoy se está pensando la propuesta educativa.
Es una apuesta arriesgada y muy interesante que la responsabilidad de la formación académica quede en manos de los educandos. Que él sea el arquitecto de su ruta académica. Resultado de ello y apropiando los componentes contemporáneos educativos y comunicativos, la educación tal cual la conocemos está siendo desestructurada y llevada primero de una propuesta local a una global, segundo de contenidos a experiencias, y tercero del live al on demand.
No es porque hoy haya más gusto por los viajes o que existan más facilidades para ello, sino que actualmente las propuestas educativas locales compiten al mismo nivel con las del resto del mundo. Consecuencia y como primera característica, la escuela pasa de un ámbito local a uno global. Ya no es una osadía pensar en estudiar en otro país o realizar intercambios académicos. Esta primera característica de la escuela desestructurada tiene presente el factor local que fortalece la formación de identidad y apropiación del territorio, pero a su vez llama a configurarse desde las redes, el conjunto, los intercambios y la posibilidad de enriquecer la experiencia pedagógica interculturalmente. Hoy las propuestas educativas se enriquecen de lo plural y encuentran mayor valor en una educación de carácter mundial. La movilidad de los docentes y estudiantes, lo multilingüe y la doble vía cultural de compartir y enriquecer pasan a ser de importancia en esta nueva propuesta.
La segunda característica es pasar de los contenidos a la experiencia. En la actualidad aparecen nuevas necesidades que la escuela no está cobijando como son las habilidades comunicativas, búsqueda de información, fotografía, diseño, redes, lenguajes de programación entre otros temas que se han vuelto pertinentes. A su vez, al desmonopolizarse el saber y a su mayor circulación gracias a la digitalización, los contenidos pasan a estar al alcance de los buscadores. Consecuencia de estos dos elementos anteriores se pasa de una educación que proveía contenidos a una de experiencias. Experiencias donde se puedan entretejer diversos contenidos, que genere la necesidad y búsqueda de nuevos saberes y que ayuden a pasar de la fragmentación curricular a la correlación. La búsqueda de un currículo integral y no fraccionado, la simplificación de los saberes básicos, el diseño arquitectónico creativo, las aulas especializadas, los cursos y programas diferenciales son parte de la apuesta.
Cuando hablamos de oferta educativa uno de los factores que en momentos se olvida mencionar es que la mayor parte de ella está formulada desde las clases presenciales o lo que denominaremos live (en vivo). Esto implica para el estudiante desplazamiento, ajustar sus horarios con los de las clases y tener que focalizar su atención en ese periodo de tiempo. Las nuevas plataformas y tecnologías han abierto una propuesta que está exponencialmente en crecimiento y es la de las clases on demand que son previamente grabadas. Estas permiten al estudiante pausar, retroceder, cortar, volverlas a ver, acceder a ellas en el momento en que se desee, etc. En esta tercera característica del live al on demand no queremos confrontar cuál es mejor opción y caer en reduccionismos. Si no, queremos hacer notar que gracias a esta apuesta se reformula el live bajo una premisa que es: los contenidos pueden ser vistos desde lo online. Así el live de la educación muda a otro nivel.
Esta última característica marca una deconstrucción y visualización del rol docente y la clase desde un ángulo diferente. Para el profesor una óptica más de tutor acompañante, interrogador, guía y provocador del saber; superando el “dictar contenidos” o transmisor de saberes. Y para la case su tiempo pasa a ser de valía para el estudiante que aclara, aplica sus contenidos en ella, formula proyectos y se deja acompañar para alcanzar sus objetivos. La clase se vuelve plural donde el saber circula libremente. Ella se vuelve internacional y pluricultural y pueden intervenir los actores necesarios para la construcción del conocimiento. La escuela desestructurada es consecuencia de la estructurada. La de saberes básicos a la de particulares y multidimensionales. La de contenidos a la de la teoría viva o aplicada. La que pasa de las enciclopedias a los metadatos y rutas de búsqueda de información. De la que nos hacía desplazarnos a la que se mueve hacia nosotros. Siempre existirá resistencia a los cambios, pero toda transformación trae consigo nuevas apuestas y retos. Nos encontramos en un periodo de transición de propuesta educativa y lo mejor que podemos hacer es avanzar con esperanza, cautela y mirada crítica.
Fuente: http://www.aikaeducacion.com/opinion/educacion-del-live-al-on-demand/
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En el nuevo paradigma digital y globalizante en el que nos movemos, seguir pensando una educación en términos de una estructura superpuesta choca con los nuevos dispositivos de información y formas de consumo. En otras palabras, estamos mudando de la educación live a la educación on demand.
Pedro Nicolás Aldana Afanador, 28 enero, 2020
Luego de tantos años de intentar minuciosamente estructurar una propuesta educativa que pudiera ocupar todos los campos, acciones y momentos de la vida humana, nos hemos dado cuenta que necesitamos una escuela flexible y que se adapte a las necesidades de sus estudiantes, una escuela desestructurada, que permita al educando ser el protagonista de la búsqueda del saber. Pero no es una típica ley de extremos, sino que en el nuevo paradigma digital y globalizante en el que nos movemos, seguir pensando una educación en términos de una estructura superpuesta choca con los nuevos dispositivos de información y formas de consumo. En otras palabras, estamos mudando de la educación live a la educación on demand.
Este texto no pretende ser una crítica o un ataque a la propuesta educativa con la que se ha trabajado durante las últimas décadas, sino un análisis desde la experiencia y la reflexión de las tendencias de la educación y la comunicación, que bajo la lógica de la sociedad del conocimiento donde se encarna la economía de la misma y aplicando los nuevos conceptos como el de la economía de la atención, modifican la propuesta educativa formulando una más abierta, flexible y plural.
Imaginémonos poder tomar clases con profesores de diferentes universidades del mundo, o un currículo flexible que nos permita matricular los cursos de nuestra preferencia, estudiar a nuestro ritmo sin importar tiempos sino avanzar en el momento que deseemos, o que cada semana pudiéramos cuadrar nuestros horarios de clases de acuerdo a nuestras actividades. Como si se tratara de una plataforma de entretenimiento donde cada usuario decide qué ver y cuando verlo, así hoy se está pensando la propuesta educativa.
Es una apuesta arriesgada y muy interesante que la responsabilidad de la formación académica quede en manos de los educandos. Que él sea el arquitecto de su ruta académica. Resultado de ello y apropiando los componentes contemporáneos educativos y comunicativos, la educación tal cual la conocemos está siendo desestructurada y llevada primero de una propuesta local a una global, segundo de contenidos a experiencias, y tercero del live al on demand.
No es porque hoy haya más gusto por los viajes o que existan más facilidades para ello, sino que actualmente las propuestas educativas locales compiten al mismo nivel con las del resto del mundo. Consecuencia y como primera característica, la escuela pasa de un ámbito local a uno global. Ya no es una osadía pensar en estudiar en otro país o realizar intercambios académicos. Esta primera característica de la escuela desestructurada tiene presente el factor local que fortalece la formación de identidad y apropiación del territorio, pero a su vez llama a configurarse desde las redes, el conjunto, los intercambios y la posibilidad de enriquecer la experiencia pedagógica interculturalmente. Hoy las propuestas educativas se enriquecen de lo plural y encuentran mayor valor en una educación de carácter mundial. La movilidad de los docentes y estudiantes, lo multilingüe y la doble vía cultural de compartir y enriquecer pasan a ser de importancia en esta nueva propuesta.
La segunda característica es pasar de los contenidos a la experiencia. En la actualidad aparecen nuevas necesidades que la escuela no está cobijando como son las habilidades comunicativas, búsqueda de información, fotografía, diseño, redes, lenguajes de programación entre otros temas que se han vuelto pertinentes. A su vez, al desmonopolizarse el saber y a su mayor circulación gracias a la digitalización, los contenidos pasan a estar al alcance de los buscadores. Consecuencia de estos dos elementos anteriores se pasa de una educación que proveía contenidos a una de experiencias. Experiencias donde se puedan entretejer diversos contenidos, que genere la necesidad y búsqueda de nuevos saberes y que ayuden a pasar de la fragmentación curricular a la correlación. La búsqueda de un currículo integral y no fraccionado, la simplificación de los saberes básicos, el diseño arquitectónico creativo, las aulas especializadas, los cursos y programas diferenciales son parte de la apuesta.
Cuando hablamos de oferta educativa uno de los factores que en momentos se olvida mencionar es que la mayor parte de ella está formulada desde las clases presenciales o lo que denominaremos live (en vivo). Esto implica para el estudiante desplazamiento, ajustar sus horarios con los de las clases y tener que focalizar su atención en ese periodo de tiempo. Las nuevas plataformas y tecnologías han abierto una propuesta que está exponencialmente en crecimiento y es la de las clases on demand que son previamente grabadas. Estas permiten al estudiante pausar, retroceder, cortar, volverlas a ver, acceder a ellas en el momento en que se desee, etc. En esta tercera característica del live al on demand no queremos confrontar cuál es mejor opción y caer en reduccionismos. Si no, queremos hacer notar que gracias a esta apuesta se reformula el live bajo una premisa que es: los contenidos pueden ser vistos desde lo online. Así el live de la educación muda a otro nivel.
Esta última característica marca una deconstrucción y visualización del rol docente y la clase desde un ángulo diferente. Para el profesor una óptica más de tutor acompañante, interrogador, guía y provocador del saber; superando el “dictar contenidos” o transmisor de saberes. Y para la case su tiempo pasa a ser de valía para el estudiante que aclara, aplica sus contenidos en ella, formula proyectos y se deja acompañar para alcanzar sus objetivos. La clase se vuelve plural donde el saber circula libremente. Ella se vuelve internacional y pluricultural y pueden intervenir los actores necesarios para la construcción del conocimiento. La escuela desestructurada es consecuencia de la estructurada. La de saberes básicos a la de particulares y multidimensionales. La de contenidos a la de la teoría viva o aplicada. La que pasa de las enciclopedias a los metadatos y rutas de búsqueda de información. De la que nos hacía desplazarnos a la que se mueve hacia nosotros. Siempre existirá resistencia a los cambios, pero toda transformación trae consigo nuevas apuestas y retos. Nos encontramos en un periodo de transición de propuesta educativa y lo mejor que podemos hacer es avanzar con esperanza, cautela y mirada crítica.
Fuente: http://www.aikaeducacion.com/opinion/educacion-del-live-al-on-demand/
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